Procesos cognitivos y/o conductuales que pone en marcha el sujeto para hacer frente a las demandas. Distinguimos dos tipos de afrontamiento: (1) dirigido a la emoción y (2) dirigido al problema.

Evaluación cognitiva que hace el sujeto acerca de sus recursos adaptativos para hacer frente a la situación. Corresponde con la pregunta: ¿tengo las habilidades y los recursos necesarios para hacer frente a esta situación?

Evaluación cognitiva que hace el sujeto acerca de las consecuencias positivas o negativas que tiene una situación.

En términos generales, valoración que hace el sujeto de una situación y que –según los modelos cognitivos- es el aspecto determinante de las emociones.

Hipótesis que sostiene que el feedback de la actividad de los músculos faciales es lo que constituye la experiencia emocional subjetiva.

Perspectiva que considera a las emociones como fenómenos inespecíficos, diferenciándose entre sí por la ubicación que tienen en cada una de estas dimensiones. Aunque no todos los autores proponen las mismas dimensiones, las más usadas son: agradable-desagradable, (2) relajación-tensión, y (3) calma-excitación.

Las denominadas emociones “básicas” se distinguirían por poseer un patrón de expresión facial y fisiológico específico y distintivo. Serían emociones innatas, estarían presentes en otros primates y su expresión sería transcultural. Distintos autores difieren en la cantidad de emociones básicas, para Ekman son: ira, miedo, alegría, tristeza, asco y sorpresa.

Conjunto de modelos explicativos sobre la emoción que se desarrollan a partir de 1960 y tienen como elemento común la consideración de que la valoración cognitiva es clave para la aparición de la emoción.

Fenómeno complejo y multidimensional producto de un estímulo desencadenante y en el que pueden distinguirse los siguientes componentes: (a) subjetivo, (b) cognitivo, (c) fisiológico, (d) expresivos, (e) motivacionales.