Son  los procesos que regulan la motivación y las emociones cuando estamos realizando tareas que se vuelven más difíciles o tediosas, contribuyendo a que nos mantengamos en el rumbo que nos hemos marcado. Los procesos involucrados son: el control de la motivación y del incentivo, el control de la activación e inhibición y el control de emociones.

Es la falta de intención para actuar. En ese estado no se está intrínseca ni extrínsecamente motivado, se caracteriza por la ausencia de motivación.

Son motivos que operan de un modo no consciente y se basan en preferencias afectivas, es decir, en la capacidad para experimentar la consumación de un motivo específico como gratificante y placentero. Esta capacidad sería el núcleo de las tres principales funciones de los motivos implícitos, en tanto ellos seleccionan, orientan y energizan la conducta.

Es una tendencia a buscar el éxito en tareas que requieren una evaluación de desempeño e implica un interés por conseguir un estándar de excelencia. Las personas con un fuerte motivo de logro desean triunfar en tareas que impliquen un desafío.

Necesidad de tener impacto, control o influencia sobre otras personas, grupo o el entorno en general. Las personas con alta motivación de poder tienden a buscar el reconocimiento de grupos amplios y a encontrar la manera de hacerse visibles a los demás en un esfuerzo por lograr influencia.

Preocupación por el establecimiento, mantenimiento o recuperación de una relación afectiva positiva con una o más personas.

Investigación que estudia las relaciones que existen entre varias variables.

Son creencias en el control generalizado de los resultados obtenidos, las personas pueden creer que los resultados se producen independientemente de cómo actúen (control externo) o que son altamente contingentes a sus acciones (control interno).